Mensaje del Capítulo general extraordinario de los Camilos

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Queridos hermanos, miembros de la Gran Familia de S. Camilo y amigos todos, ¡un saludo de parte de los Capitulares reunidos en Ariccia!

La extraordinariedad de este Capítulo general celebrado del 16 al 21 de junio de 2014 nace de un hecho doloroso que ha afectado a la Orden en estos últimos meses y ha llevado al Superior General a presentar la dimisión de su oficio.

El Capítulo general extraordinario que hemos celebrado, en representación del Instituto, expresa su comprensión por el malestar vivido por todos los hermanos y por aquellos que trabajan con nosotros.

No obstante, experimentamos que la extraordinariedad de este encuentro capitular, ha suscitado en los religiosos, de todas las latitudes, un renovado sentido de pertenencia, de unidad y de comunión. En nosotros, religiosos capitulares, se han reforzado la pasión y la voluntad de revitalizar nuestra vida religiosa camiliana, también a través de la elección del nuevo Gobierno central.

Hemos experimentado la especial proximidad de la Iglesia, en la cercanía de algunos de sus exponentes de autoridad y de esta solicitud estamos conscientemente agradecidos. Nos sentimos, pues, animados a responder de manera concreta a esta maternidad eclesial, potenciando el fuego mistérico de nuestro carisma, sobre todo en el IV centenario de la muerte del Fundador San Camilo.

Junto con todos los miembros de la gran familia camiliana, y con todos aquellos que comparten la pasión por el hombre frágil y enfermo (cfr. Mt 25,36), también nosotros –estimulados por las interpelaciones del papa Francisco- deseamos cualificar cada vez más nuestro compromiso con las necesidades del hombre sufriente y con las nuevas emergencias sociales.

De modo especial animamos a nuestros jóvenes en formación a proseguir el camino vocacional con coraje, determinacion y alegría para poner cada vez más corazón en sus manos.

Expresamos nuestro agradecimiento a los miembros de la Consulta saliente, que han sabido garantizar serenidad y unidad en la Orden.

Dirigimos un saludo especial a los enfermos, que siguen siendo para nosotros “dueños y señores” –como decía y vivía S. Camilo- y a todos los que desde siempre –pero de modo especial en estos meses- no han dejado de sostenernos con su estima y su oración.

Invocamos sobre nosotros y sobre vosotros la bendición del Señor, por la intercesión de S. Camilo y de María, Madre y Reina de los Ministros de los Enfermos.

 La Prima intervista televisiva del Superiore Generale, Leocir Pessini